Escudo de Cangas del Narcea

Un poco de
Historia

El aire puro y fresco inunda nuestros pulmones. Cruzamos el legendario puente romano y nos abandonamos al rumiante sonido del continuo correr del río. Caminando entre hayas, robles y álamos observamos los vivos montes verdes que nos abrigan y resguardan. Este pueblo mágico es Cangas del Narcea, donde confluyen y atraviesan los ríos Narcea y Naviego y se entremezclan la deliciosa gastronomía, la naturaleza y la hospitalidad manifiesta de sus habitantes.

Turismo

Imagen Cangas del Narcea

De día o de noche, siempre es un buen momento para recorrer Cangas del Narcea. Entre edificios contemporáneos y viviendas típicas de la región asturiana podemos pasear tranquilamente por sus agradables calles que están rodeadas bellamente de la flora que caracteriza al enclave natural. Comenzamos nuestra excursión por los barrios de Entrambasaguas y El Cascarín, históricos testimonios de la época medieval asturiana, y una vez empapados de este ambiente único abrazamos satisfechos la tradición de detenerse sin prisa a degustar un humeante café o uno de los ricos y famosos vermús de la zona.

Decidimos conocer primeramente los palacios que abundan entre las edificaciones habituales de este apacible pueblo. El Palacio de los Uría lo ubicamos en la desembocadura del resistente puente romano, un firme puente medieval que cruza el río Narcea. Dirigiéndonos al casco antiguo encontramos el Palacio de los Omaña, es uno de los más antiguos de la villa de Cangas y fue construido como residencia en el siglo XV, es fascinante contemplar los restos de la época que aún se conservan en él. Ante el Palacio Peñalba podemos contemplar uno de los principales exponentes de la construcción palacial urbana de Asturias del siglo XVIII, siendo ahora casa de vecinos y fonda.

Apreciamos con gusto la imponente arquitectura del monasterio de San Juan Bautista, situado en lo alto del río Narcea, que le otorga una relevancia especial. Nos introducimos en el antiguo mon[...]

De día o de noche, siempre es un buen momento para recorrer Cangas del Narcea. Entre edificios contemporáneos y viviendas típicas de la región asturiana podemos pasear tranquilamente por sus agradables calles que están rodeadas bellamente de la flora que caracteriza al enclave natural. Comenzamos nuestra excursión por los barrios de Entrambasaguas y El Cascarín, históricos testimonios de la época medieval asturiana, y una vez empapados de este ambiente único abrazamos satisfechos la tradición de detenerse sin prisa a degustar un humeante café o uno de los ricos y famosos vermús de la zona.

Decidimos conocer primeramente los palacios que abundan entre las edificaciones habituales de este apacible pueblo. El Palacio de los Uría lo ubicamos en la desembocadura del resistente puente romano, un firme puente medieval que cruza el río Narcea. Dirigiéndonos al casco antiguo encontramos el Palacio de los Omaña, es uno de los más antiguos de la villa de Cangas y fue construido como residencia en el siglo XV, es fascinante contemplar los restos de la época que aún se conservan en él. Ante el Palacio Peñalba podemos contemplar uno de los principales exponentes de la construcción palacial urbana de Asturias del siglo XVIII, siendo ahora casa de vecinos y fonda.

Apreciamos con gusto la imponente arquitectura del monasterio de San Juan Bautista, situado en lo alto del río Narcea, que le otorga una relevancia especial. Nos introducimos en el antiguo monasterio románico del siglo XI que esconde en el sótano un museo de los restos arqueológicos de la iglesia fundacional. Hoy, dispuesto como Parador para albergar visitantes, observamos la armónica combinación de tradición y modernidad, ya que comparte espacio con la comunidad de dominicos que gestiona la iglesia anexa.

Nos acercamos a la acogedora plaza del ayuntamiento y dirigimos la mirada a la estatua que, representando la admirable tradición minera de la región y que la preside: un orgulloso picador trabajando y a su robusto ayudante retirando el carbón.

Decidimos perdemos en el mayor robledal de España que se encuentra en el concejo asturiano, el bosque de Muniellos, un paraíso natural que alberga una de las comunidades vegetales y animales más ricas de Europa. Además del roble, entre diferentes arbustos apreciamos esbeltos avellanos, arces, fresnos, sauces, alisos y abedules. En esta magnífica Reserva de la Biosfera podemos observar a más de un centenar de aves y miles de invertebrados si queremos explorar su fauna, sin olvidarnos de la numerosa comunidad de osos pardos que vagan tranquilamente por su fértil hábitat natural.

Este bosque no está aislado, recorremos el impresionante Parque Natural Fuentes del Narcea. En nuestra ruta descubrimos que es el lugar idóneo para conectar con la naturaleza, recorrer sus diferentes sendas accidentadas y detenerse a maravillarse y aprender sobre la flora y la fauna local. También subimos al Cueto de Arbás para maravillarnos ante uno de los paisajes más bonitos de toda la comarca, así como la multitud de miradores que se distribuyen por esta zona esmeralda.

Descubrimos que en las laderas escarpadas del valle tiene lugar la desconocida tradición vitivinícola de la zona. Y es que gracias al benigno microclima del suroccidente asturiano en esta región se lleva siglos preparando un exquisito vino más que sidra. Visitamos algunas de estas curiosas bodegas y formidables viñedos, además del Museo del Vino, al que llegamos tras un agradable paseo de dos kilómetros por la vera del río desde la ciudad.

Cerca de la villa de Cangas del Narcea nos acercamos al segundo santuario más importante de Asturias y el de más tradición y veneración de toda la comarca. El Santuario de la Virgen del Acebo, situado en un alto, está cargado de mucha historia y devoción. Desde ahí observamos unas vistas excepcionales de toda la comarca, conocemos la ermita y la famosa historia de la Virgen del Acebo se le han atribuido numerosos milagros durante el correr de los siglos.

Al estar entrometido en la exuberante vegetación y rodeado de la fauna más diversa, Cangas del Narcea se erige como un pueblo retirado de cuento y ensueño.

Ver más Ver menos

Gastronomía

Imagen Receta

En aquellos lugares en que la climatología es, por lo general, dura y áspera, la alimentación de las personas que los habitan ha de ser consistente para sobrellevar oficios y labores a la intemperie, muchas veces en condiciones adversas. Ello no implica que se renuncie al sabor, al buen hacer y al gusto por una cocina sencilla pero cautivadora. Es, en resumidas cuentas, lo que se encuentran los viajeros cuando llegan a Cangas del Narcea.
Nuestro primer paseo por Cangas requerirá de la atención de nuestro cinco sentidos, principalmente el olfato. Haced la prueba, y empezaréis a notar aromas que se harán familiares en seguida: el olor a pan horneado a primera hora de la mañana; también el de las deliciosas empanadas. Las notas irresistibles de ciruela negra, violeta y regaliz de un vermut recién servido o el aroma a café al atardecer, son algunos de los estímulos en esta colección de sensaciones con las que los visitantes se topan casi por sorpresa. 
El respeto a la tradición amparado en la calidad de materias primas de calidad contrastada. Son los secretos de la gastronomía de un pueblo en el que el cereal, la leche, las castañas o las fabes tejen una red que sostienen, además, carnes, vinos y dulces que solo se pueden degustar en Cangas del Narcea. Y solo en Cangas, porque la situación geográfica se prestaba a ello, ya que el cierto aislamiento ha permitido que a día de hoy perduren tradiciones de siglos de historia, como la matanza del cerdo[...]

En aquellos lugares en que la climatología es, por lo general, dura y áspera, la alimentación de las personas que los habitan ha de ser consistente para sobrellevar oficios y labores a la intemperie, muchas veces en condiciones adversas. Ello no implica que se renuncie al sabor, al buen hacer y al gusto por una cocina sencilla pero cautivadora. Es, en resumidas cuentas, lo que se encuentran los viajeros cuando llegan a Cangas del Narcea.
Nuestro primer paseo por Cangas requerirá de la atención de nuestro cinco sentidos, principalmente el olfato. Haced la prueba, y empezaréis a notar aromas que se harán familiares en seguida: el olor a pan horneado a primera hora de la mañana; también el de las deliciosas empanadas. Las notas irresistibles de ciruela negra, violeta y regaliz de un vermut recién servido o el aroma a café al atardecer, son algunos de los estímulos en esta colección de sensaciones con las que los visitantes se topan casi por sorpresa. 
El respeto a la tradición amparado en la calidad de materias primas de calidad contrastada. Son los secretos de la gastronomía de un pueblo en el que el cereal, la leche, las castañas o las fabes tejen una red que sostienen, además, carnes, vinos y dulces que solo se pueden degustar en Cangas del Narcea. Y solo en Cangas, porque la situación geográfica se prestaba a ello, ya que el cierto aislamiento ha permitido que a día de hoy perduren tradiciones de siglos de historia, como la matanza del cerdo y la obtención de embutidos como el butiello o el chosco. El primero, a base de huesos de rabadal y costilla de cerdo, adobado y embutido en ciego para después ahumarlo en madera de roble, en un manjar que a menudo se acompaña con patatas o berzas cocidas. El segundo, elaborado con una base de lengua y cabecero de lomo aderezados con ajo y pimentón, es una sorpresa hasta para los comensales más reacios. 
Pero lo que suscita pocas dudas es el gusto por la ternera local. La raza autóctona Asturiana de los Valles proporciona una carne de jugosidad, aroma y ternura ideal para hincarle el diente. Nada mejor para acompañarla que un pan artesano de leña. Lo tradicional siempre ha sido hornearlo al día en las casas, junto con el bollo, una hogaza rellena de chorizo y tocino. Como nada se desaprovecha en una cocina humilde, con la masa restante se elaboraban las sencillas tortas fritas, conocidas como rapas. 
Si hay un plato que representa a la gastronomía de Cangas del Narcea es el caldo de berzas, acompañado de patatas y fabas pintas, y, claro, un contundente compango donde no faltará chorizo, tocino, jamón y morcilla. Aquí no valen las prisas. Estamos hablando de un plato contundente que necesita tiempo, horas a fuego medio lento para que el guiso se impregne del sabor de la carne y los ingredientes se integren en un plato alrededor del cual se han estado sentando en las casas canguesas generación tras generación. Sabroso, genuino, sencillo y robusto. Ningún plato define mejor el carácter de un pueblo que este caldo de berzas. 
Los bosques que pueblan los verdes valles son una despensa natural que proveen a los cangueses de múltiples frutos, como las castañas, las nueces o las avellanas en otoño; cerezas, arándanos y moras en verano. Todos ellos son idóneos para complementar o acompañar dulces recetas como el arroz con leche, el requesón con miel o el frixuelo, que aquí se sirve en espiral.
Hay dos grandes curiosidades que hacen de la gastronomía de Cangas del Narcea algo único. El primero es su queso de Xinestosu, o Genesto, pedanía de Cagas del Narcea. Un queso muy peculiar, con una forma característica gracias al molde de esparto en el que se deposita en un principio, estrechándolo en la mitad y dejando unos dibujos característicos por la forma del esparto. Es peculiar porque su producción es escasísima y probarlo es casi un privilegio. Se limita prácticamente a la pedanía de Genesto, donde se elabora artesanalmente para consumo familiar. 
La otra gran curiosidad es el vino. Acogido a la Indicación Geográfica Protegida con la denominación de Vino de Calidad de Cangas y es un elemento diferenciador por ser la única zona asturiana productora de vinos. Su origen se remonta al siglo XII y hasta el día de hoy se presenta como un vino ligero, agradable de beber. En algunas bodegas tradicionales aún es posible disfrutarlo bebiéndolo del cachu, un cuenco de madera que va pasando de mano en mano. No hay mayor símbolo de fraternidad, respeto y confianza que compartir tu comida y tu bebida con el de al lado. Una tradición antiquísima que perdura en esta zona de Asturias, tierra dura y de clima difícil, pero habitada por gentes cálidas que comparten su pan, su vino, su tiempo y sus historias con el viajero ávido de ellas…

Ver más Ver menos

Información


Juego

QR a acción gamificada local

Disfruta de Cangas del Narcea y sus lugares más icónicos con este juego. Resuelve los retos y explora la localidad. ¡Disfruta Cangas del Narcea!


Restaurantes

Bar Restaurante Los Remedios
Café Restaurante Madrid
Restaurante Caniecho
Restaurante La Chariega
Sidreria Narcea