Escudo de Almendralejo

Un poco de
Historia

Un jarrón de azucenas preside el lugar, quemar lo impuro, distanciarse de lo viejo y alejar los malos espíritus. No solo el afamado cava, sino las hogueras protagonistas cada año de la ancestral fiesta de Las Candelas en Almendralejo dónde se queman las “pantarujas” purifican a locales y visitantes. El pueblo, capital de la comarca de Tierra de Barros, es baluarte de la enología de la región, de mantener tradiciones catárticas, de testimonios prehistóricos y hoy, se prepara para ser nuestro generoso anfitrión.

Turismo

Imagen Almendralejo

Numerosos aromas, colores y sabores se nos entremezclan en sus apacibles calles  y nos desvelan la pura esencia extremeña. Nos sucede lo mismo en la multitud de bodegas que se encuentran esparcidas por la zona. Acercarse a ellas supone una exploración sensitiva nueva, tanto al probar los vinos como al conocerlas por dentro y pasear sosegadamente por los viñedos atendiendo a los detalles que nos ofrecen. Aquí sí es posible descubrir el laborioso pero prodigioso proceso de la elaboración del vino y del cava, del que son expertos en la localidad.

Buscando primero conocer los alrededores del pueblo, comenzamos nuestra ruta acechando las vastas y bellas panorámicas que nos brindan los miradores que se suceden esparcidos sabiamente por la comarca. Nos impresiona descubrir la evolución de las tierras vinícolas, cómo el constante trabajo de las personas que han labrado estas tierras nos ha brindado uno de los paisajes más deslumbrantes de la región.

Antes de probar la variedad de vinos y la extensa heterogeneidad gastronómica que caracteriza a la región, callejeamos tranquilamente por el pueblo. El olor del café recién preparado y de las tradicionales tostadas de caldillo, aceite y ajo ya dispuestos nos invita a hacer la primera parada. Continuamos para dar un ameno paseo por sus calles, su característico hierro forjado en ventanales que contrasta con las radiantes fachadas blancas. Caminamos de parque en parque por zonas ajardinadas respirando el[...]

Numerosos aromas, colores y sabores se nos entremezclan en sus apacibles calles  y nos desvelan la pura esencia extremeña. Nos sucede lo mismo en la multitud de bodegas que se encuentran esparcidas por la zona. Acercarse a ellas supone una exploración sensitiva nueva, tanto al probar los vinos como al conocerlas por dentro y pasear sosegadamente por los viñedos atendiendo a los detalles que nos ofrecen. Aquí sí es posible descubrir el laborioso pero prodigioso proceso de la elaboración del vino y del cava, del que son expertos en la localidad.

Buscando primero conocer los alrededores del pueblo, comenzamos nuestra ruta acechando las vastas y bellas panorámicas que nos brindan los miradores que se suceden esparcidos sabiamente por la comarca. Nos impresiona descubrir la evolución de las tierras vinícolas, cómo el constante trabajo de las personas que han labrado estas tierras nos ha brindado uno de los paisajes más deslumbrantes de la región.

Antes de probar la variedad de vinos y la extensa heterogeneidad gastronómica que caracteriza a la región, callejeamos tranquilamente por el pueblo. El olor del café recién preparado y de las tradicionales tostadas de caldillo, aceite y ajo ya dispuestos nos invita a hacer la primera parada. Continuamos para dar un ameno paseo por sus calles, su característico hierro forjado en ventanales que contrasta con las radiantes fachadas blancas. Caminamos de parque en parque por zonas ajardinadas respirando el aire imperturbable del pueblo y de pronto hallamos la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Purificación, construida en el S.XVI, y descubrimos su interior artístico lleno de sorpresas. En el interior, nos maravillamos con la única nave que el edificio presenta y la dilatada decoración al fresco del templo que convierte a la parroquia en uno de los templos con mayor superficie pictórica de la región, con una riqueza cromática que consigue atraparnos.

Nos dirigimos curiosos al lugar donde nació el poeta romántico José de Espronceda, el Palacio de Monsalud, un bello palacio en el que nos detenemos contemplando sus llamativos escudos esquinados. Recorremos la gran amplitud de su patio interior, decorado con resplandecientes azulejos sevillanos, talaveranos y aragoneses que luminoso se nos muestra sobrecogedor. Para una inmersión literaria completa viramos nuestro rumbo al teatro del pueblo que recibe su nombre de escritora  romántica local, Carolina Coronado, a su vez icono de la localidad pacense. Descubrimos que fue reformado en 2003 y que conserva tanto su fachada como los frescos originales de Adelardo Covarsí, uno de los grandes maestros de la pintura extremeña. Nunca un movimiento literario había influido tanto a un municipio.

Gratamente, continuamos nuestro recorrido hacia la plaza de toros de Almendralejo, de estilo neomudéjar que ha sido catalogada como monumento por su singularidad. Además de poder disfrutar de diferentes fiestas populares y corridas de toros,  también recorremos la excepcional bodega que alberga el coso extremeño, único en el mundo por dicha particularidad. Nos cuentan que con casi dos siglos de vida, la bodega, visitable, está cubierta por una bóveda de ladrillo con arcos apuntados que cobija una hilera de conos con capacidad para 750.000 litros.

Queriendo un verdadero retorno a nuestros orígenes más remotos nos embarcamos en una exploración profunda en el Parque de San Marcos. Este lugar especial alberga vestigios arqueológicos que nos transportan a épocas pretéritas. Nos entretenemos un buen rato tratando de descifrar el arte prehistórico ubicado en las cavidades practicadas en las rocas a las que se han dado múltiples explicaciones.

Comenzamos la ruta para descubrir estas preciadas reliquias en el Sepulcro de Huerta Montero, es el lugar más visitado de la zona. Disfrutamos de un evocador recorrido que termina en el mismo punto de partida. Nos enteramos de que se trata de uno de los enterramientos colectivos más singulares de la Península Ibérica, un viaje de miles de años. Apreciamos durante todo el recorrido las diferentes oquedades donde nuestros antepasados convivieron y se abrieron paso. Además, en este precioso paraje celebran el Solsticio de Invierno por su particular orientación al sol de invierno.

En Almendralejo es posible dar un paseo milenario entre viñedos y olivares, y disfrutar de la gran belleza paisajística que nos brinda la infinidad de caminos que rodean este excepcional enclave.

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Gastronomía

Imagen Receta

Hablar de gastronomía en Almendralejo nos lleva inevitablemente a hablar de la D.O. Ribera del Guadiana, de la que Almendralejo es su capital. Cuenta con más de una veintena de bodegas y cooperativas con más de sesenta marcas en el mercado. Pero también es hablar de restaurantes en los que la cocina de toda la vida se ha respetado de manera reverencial, cuidando el producto de la tierra, ofreciendo siempre calidad y sabor. Lleva al viajero de la mano, de una forma emocional, a esos veranos en el pueblo en los que jugaban en la calle hasta la hora de comer, que era cuando la abuela salía a la puerta de la casa, secándose las manos con el mandil de cuadros y llamando a todos a la mesa…

Ciudad del vino y del cava, nada define mejor la gastronomía de esta localidad que las migas tierra de Barros, a base de pan candeal del día anterior y acompañado de ajos y pimientos, ambos bien fritos perfecto para combinarlo con una excelente copa de cava con denominación bien fría, con ese irresistible fondo de bollería y manzana verde, que le otorga un sabor característico. 

Otro de los pilares gastronómicos de Almendralejo es su jamón ibérico. Color intenso, tacto delicado con esa fina grasa y un aroma irresistible. Gozar de ese suculento bocado recién cortado es una carta de amor a los cinco sentidos. Si las migas armonizan a la perfección con el cava de la tierra, el jamón pone ese broche de sabor que muchos buscan [...]

Hablar de gastronomía en Almendralejo nos lleva inevitablemente a hablar de la D.O. Ribera del Guadiana, de la que Almendralejo es su capital. Cuenta con más de una veintena de bodegas y cooperativas con más de sesenta marcas en el mercado. Pero también es hablar de restaurantes en los que la cocina de toda la vida se ha respetado de manera reverencial, cuidando el producto de la tierra, ofreciendo siempre calidad y sabor. Lleva al viajero de la mano, de una forma emocional, a esos veranos en el pueblo en los que jugaban en la calle hasta la hora de comer, que era cuando la abuela salía a la puerta de la casa, secándose las manos con el mandil de cuadros y llamando a todos a la mesa…

Ciudad del vino y del cava, nada define mejor la gastronomía de esta localidad que las migas tierra de Barros, a base de pan candeal del día anterior y acompañado de ajos y pimientos, ambos bien fritos perfecto para combinarlo con una excelente copa de cava con denominación bien fría, con ese irresistible fondo de bollería y manzana verde, que le otorga un sabor característico. 

Otro de los pilares gastronómicos de Almendralejo es su jamón ibérico. Color intenso, tacto delicado con esa fina grasa y un aroma irresistible. Gozar de ese suculento bocado recién cortado es una carta de amor a los cinco sentidos. Si las migas armonizan a la perfección con el cava de la tierra, el jamón pone ese broche de sabor que muchos buscan y solo unos pocos saben encontrar.  

Pero hay más, ¡mucho más! Una rica sopa de tomate con uvas y pan frito, un plato de origen tan humilde como sabroso. Toda una carta de amor a la huerta extremeña, a unos productos que no faltaban en la mayoría de los hogares y cuya sencillez en la elaboración (sofreír cebolla, ajo, pimientos y añadir la pulpa de unos tomates para después cocer con caldo de verduras o ave) ponían de relieve la importancia de la cocina en entornos rurales donde la actividad agropecuaria y vitivinícola no dejaba tiempo para complicadas y enrevesadas elaboraciones culinarias. 

El cerdo y sus derivados son el otro gran pilar de la gastronomía de Almendralejo. Una caldereta con almendras ha dejado boquiabierto hasta al comensal más descreído. La perfecta armonía de dos alimentos km 0 de verdad, es posible gracias a la sencillez en su elaboración, pues no se precisa más que aceite de oliva, ajos, pimienta negra, sal gruesa , vino blanco y pimentón de la Vera. Eso sí, paciencia... Las cosas buenas requieren de su justa paciencia. 

Porque, al final, el ingrediente estrella de la gastronomía de Almendralejo es ese, ni más ni menos ¡Paciencia! Las recetas de toda la vida, con ingredientes de cercanía, de lo que había en los hogares humildes. Un producto local de excelente calidad, sumado a un vino y a un cava con personalidad, atrevidos, frescos, aventureros, como son los extremeños…

La oferta gastronómica de Almendralejo ha ido evolucionando manteniendo de manera excepcional sus bases y respetando su esencia. Sus restaurantes y gastrobares, en honor a la verdad, parten con la ventaja de contar con un producto envidiable. Sentarse a la mesa en cualquiera de estos establecimientos es tener la certeza de que no vas a comer, no. ¡Vas a experimentar y descubrir sabores, texturas y aromas que van a embaucar tus sentidos!

Sentarse a la mesa en Almendralejo es iniciar un viaje emocional por cocinas en las que las abuelas y las madres se afanaban por dar de comer a los suyos, con todo el amor, el empeño y la dedicación de quien pone su alma en cada plato, en cada guiso y cada olla, para que cada almendralejense diga sin complejos que “como en Almendralejo no se come en ningún sitio”.

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